Un equipo de geólogos de Estados Unidos se encuentra a la expectativa de la apertura de un mineral cristalino que podría contener en su interior diminutas formas de vida que han quedado atrapadas allí desde hace 830 millones de años, en la era neoproterozoica.
El cristal en cuestión es la halita, que es básicamente la forma mineral del cloruro de sodio, el nombre químico de la sal, explica el estudio publicado en la revista Geology. También se lo conoce como sal de roca.
El asombroso hallazgo tuvo lugar en la Formación Browne en Australia central, un área con varias capas de sedimentos de esta materia, de la cual, por dichas características, se cree que fue un mar salado en el pasado de la Tierra.
Pese a que la sal es un conservante, la halita por sí misma no puede albergar en su interior microorganismos antiguos y mantenerlos vivos por tantos años. Sin embargo, los científicos a cargo de la investigación creen que esto sí pudo haber sucedido en las muestras de sal de roca, ya que se han encontrado indicios de vida.
Los microorganismos se encuentran atrapados en halita, como se le conoce a la sal en su forma mineral. Foto: Kathy Benison / Geology
Posibles criaturas atrapadas
Tras analizar su interior con técnicas no invasivas, los expertos descubrieron dentro del mineral la presencia de una suerte de burbujas (denominadas inclusiones fluidas) que han persistido todos estos milenios y que son consistentes, en tamaño, forma y respuesta fluorescente, con células de procariotas, eucariotas y con compuestos orgánicos.
“Hay pequeños cubos del líquido original del que creció esa sal. Y la sorpresa para nosotros es que también vimos formas que son consistentes con lo que esperaríamos de los microorganismos”, sostuvo Kathy Benison, geóloga de la Universidad de West Virginia y principal autora de la investigación, ante la National Public Radio (NPR) de EE. UU.
“Al estudiar la vida en ambientes extremos modernos, sabemos que hay organismos que pueden pasar por un modo de supervivencia, casi como una hibernación. Todavía están vivos, pero ralentizan todas sus actividades biológicas”, señaló Benison.
Según los expertos, las burbujas de líquido se habrían formado a través de la evaporación del agua de mar salada y todo este tiempo podrían haber sido un microhábitat para esos diminutos seres vivos.
En el siguiente video, se puede ver la pequeña celda de agua en cuestión cuando un científico mueve el mineral en sus manos.
¿Liberar a los microorganismos podría ser un peligro?
Según Benison, no hay por qué preocuparse de que ella y su equipo decidan liberar a los potenciales microorganismos atrapados en las muestras de halita.
“Suena como una película B realmente mala, pero hay mucho trabajo detallado que se ha realizado durante años para tratar de descubrir cómo hacerlo de la manera más segura posible”, dijo.
Bonnie Baxter, bióloga ajena al estudio que pertenece al Westminster College, también comparte la misma opinión.
“Un organismo ambiental que nunca ha visto a un humano no tendrá el mecanismo para entrar en nosotros y causar enfermedades”, sostuvo ante NPR. “Así que, personalmente, desde una perspectiva científica, no tengo miedo de eso”, concluyó.
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