Una nueva investigación llevada a cabo por sismólogos de la Universidad Côte d’Azur en Niza, Francia, indica que los datos de GPS podrían predecir la ocurrencia de terremotos con dos horas de anticipación. Hasta ahora, los sismos se han considerado eventos naturales impredecibles, por lo que este hallazgo, de validarse, tendría el potencial de salvar millones de vidas en el futuro.

Quentin Bletery y Jean-Mathieu Nocquet analizaron datos de GPS de estaciones geodésicas cercanas a los epicentros de 90 sismos de magnitud superior a 7 en un plazo de 48 horas, con el objetivo de encontrar alguna señal que preceda a los movimientos telúricos.

En total, se examinaron más de 3.000 mediciones de GPS, las cuales fueron recopiladas durante un período de cinco minutos, lo que les da una precisión de 1 centímetro. En cada caso, hallaron un movimiento que comenzaba aproximadamente dos horas antes del sismo y se hacía más fuerte en los momentos previos.

Así fue que identificaron la señal —muy sutil pero detectable—, que, según los autores, indica un deslizamiento gradual y acelerado entre las placas tectónicas en el lugar donde se producirá el sismo.

 Una mujer sentada en la fachada de su casa derrumbada durante el terremoto de Pisco de 2007. Foto: AFP

Una mujer sentada en la fachada de su casa derrumbada durante el terremoto de Pisco de 2007. Foto: AFP

Un predictor de sismos con GPS

Sin duda, los resultados de este estudio, publicado en la revista Science, adquieren enorme relevancia, ya que no hay precedentes para un predictor de sismos con tanto tiempo de anticipación.

No obstante, los científicos afirman que la detección de la mencionada señal solo es posible mediante un conjunto de datos muy grande. Para que eso funcione en tiempo real, se requeriría sensores GPS capaces de detectar movimientos de 0,1 milímetros. Es decir, 100 veces más sensibles que los que se usan en la actualidad.

Por ello, con la tecnología actual, “no podemos detectar a la escala de un terremoto, por lo que no podemos hacer predicciones”, aclara Bletery. “Pero nos dice que algo está pasando, y si hacemos un progreso significativo en la medición, ya sea el sensor en sí, mejorando su sensibilidad o simplemente teniendo más de ellos, podríamos percibir cosas y hacer predicciones”.

La mayoría de sismos se producen en zonas de subducción, donde chocan las placas. Foto: NASA

La mayoría de sismos se producen en zonas de subducción, donde chocan las placas. Foto: NASA

Confirmar resultados

En un comentario para la revista Science, Roland Bürgmann, experto de la Universidad de California en Berkeley, sostiene que el reciente estudio luce prometedor, pero que se debe confirmar, con posteriores investigaciones, que las señales detectadas están “claramente asociadas con grandes terremotos”.

“Si se puede confirmar”, prosigue, “y se pueden desarrollar los medios para medir de manera fiable” dicha señal predictora, “se podría emitir una advertencia”.

Hoy, los sistemas de alerta sísmica solo pueden alertar de terremotos en curso con epicentro en lugares lejanos, por lo que su tiempo de anticipación puede ser como máximo un lapso de minutos.

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