En agosto, se utilizó 230% más combustible diésel para la generación de electricidad en el Perú frente a similar mes del año pasado, de acuerdo con el reporte Principales indicadores del sector eléctrico a nivel nacional-septiembre 2023.
Esto, a raíz de la situación de estrés hídrico reportada por el Comité de Operación Económica del Sistema Interconectado Nacional (COES), emergencia que ha provocado que las centrales hidroeléctricas no puedan cumplir con abastecer con su parte la demanda nacional.
Cuando esto ocurre, el sistema eléctrico nacional recurre a la quema de fuentes fósiles, como el gas natural y el diésel, pero este último es el más caro y puede afectar los contratos a futuro que nos involucran a los usuarios domésticos.
De acuerdo con el reporte, la generación a nivel nacional, incluyendo los sistemas aislados, registró en agosto la cifra de 5.189 GWh, valor 3,7% por encima del anotado en igual mes de 2022.
Cuando agrupamos la información, según fuentes de generación, las centrales hidráulicas acumularon en julio 1.745 GWh, valor 15% inferior al registrado en agosto de 2022. Sin embargo, las centrales térmicas acumularon un pico de 3.176 GWh, 17% por encima de lo producido en el mes de comparación.
Pasa algo similar con el gas natural, cuyo uso para generación en agosto escaló 11%, con una capacidad de transporte que no da para más. Rafael Laca, experto en energía de la consultora Enerkory, anticipa además que los costos marginales de la electricidad superaron en septiembre los 180 KWh, cuando hace un año no pasaban de 32 KWh. Eso nos da “un incremento de 480% con relación a un año atrás”, advierte.
Pero, ¿por qué esos escasos 249 KWh (ver infografía) generados en agosto con diésel son tan peligrosos frente a los 1.745 KWh de hidroeléctricas? Pues porque los costos de los primeros son los que mandan.
No todos pierden
En el Perú funciona la llamada ‘tarifa marginal’. ¿Qué significa? Que todos los clientes pagamos el costo de la última central que entra a despachar al sistema. Por orden de eficiencia, primero entran las eólicas, seguidas por hidroeléctricas y al último entran las termoeléctricas para cubrir la demanda nacional.
Si la última que entra a despachar es gas, todos pagamos esa tarifa. Pero si la última que despacha para cubrir la demanda es diésel (porque hay sequía, por ejemplo), todos pagamos la tarifa de diésel, a pesar de que podemos estar consumiendo la energía de una hidroeléctrica, que ni siquiera paga por el agua.
“Esto explica por qué los eléctricos se han opuesto toda su vida al Gasoducto del Sur, inventando que no hay gas o demanda, porque les conviene que siempre entre a operar, aunque sea, una central a diésel. Así, ganan todos los que usan gas o agua”, señala Gustavo Navarro, experto en energías.
Explica que, si bien las tarifas domésticas están protegidas por contratos a largo plazo, el encarecimiento -que se atizará con El Niño- afectará a las familias cuando estos se renueven.
Sin embargo, esto sí ocurre con los usuarios libres (grandes industrias como Gloria, Alicorp y Unacem, que por su alto consumo compran electricidad a precio mayorista, pero con contratos de corto plazo), los cuales terminan trasladando los sobrecostos al consumidor final, contribuyendo así a la inflación.
Eólica, solar y gas a la espera
Se alista un decreto para usar más gas natural del contratado (fósil, pero más barato que el diésel) para generación. Pero los exportadores de gas no están de acuerdo, pues afecta su negocio.
La Asociación Peruana de Energías Renovables (SPR) pidió agilizar leyes que promuevan la competencia eólica y solar frente a hidroeléctricas.
Reacciones
Gustavo Navarro, experto en energías
“El costo de la energía ha subido y eso ya está afectando hoy a los usuarios libres. Pero como las tarifas se revisan cada cierto tiempo, cuando haya renovación de contratos sí nos afectará a nosotros, los domésticos, debido a estos tremendos picos”.
Rafael Laca, experto de Enerkory
“Aunque parezca que, en el global, este incremento en el uso de diésel es pequeño [frente a lo que aún producen las hidroeléctricas], el problema está en que esta fuente es la última en entrar al sistema y provoca que los costos se disparen”.
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