Si bien las cifras reflejan la trayectoria descendiente anunciada por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) o el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), no es que los precios bajarán en un santiamén porque hay choques de oferta sobre los alimentos y combustibles, en especial, del limón, la cebolla y el GLP, advierte el director de Phase Consultores, Juan Carlos Odar.
El INEI refleja que, desde septiembre del 2022, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) en alimentos y bebidas no alcohólicas –tecnicismo con el que rotulan la inflación– mantiene una diferencia de poco más del doble del IPC general, y alcanzó el 11,02% en el último agosto.
Los productos que más encarecieron en el octavo mes son el limón (+70%), el GLP vehicular (+26,46%), manzana continente (+23,17%) y la cebolla (+17,26%) (ver infografía).
“Cuando baja la inflación, los precios siguen subiendo, pero a una menor velocidad. La oferta se ve golpeada por las amenazas climáticas y el precio del petróleo internacional”, explicó Odar para La República, quien considera que este año la inflación general se ubicará cerca del 4%.
No hay acciones efectivas para mitigar impactos
El investigador de Grade Eduardo Zegarra considera que el Gobierno de Dina Boluarte no tiene una ruta clara para contrarrestar el daño que sufren miles de productores del campo y las familias peruanas, en especial las más sumidas en la pobreza o las que están en el limbo.
Con la recesión técnica en la que nos encontramos y el estancamiento de los ingresos, considera que nos encaminamos a un año más donde la inseguridad alimentaria irrumpe en los hogares. A su criterio, se debe trabajar en bonos de compensación, ya que pese a que desde el año pasado se advirtió de una sequía en la sierra no vista en cuatro décadas, “los niveles de coordinación no han sido eficientes”, al punto de que el mensaje presidencial de Boluarte no adelantó ningún plan de desarrollo.
La gran industria sigue ganando
El problema no solo es el limón –añade Zegarra– sino el encarecimiento en frutos, hortalizas y tubérculos; aunque en este escenario complicado resulta paradójico que los precios por mayor de los alimentos importados (como el maíz, la soya y el trigo) cayeron 11,72% desde el año pasado, pero en la venta al consumidor han seguido subiendo.
“Esto indica alta concentración en industria alimentaria. Cuando los precios de insumos subieron a nivel internacional, se trasladó todo al consumidor nacional, ahora que los precios han bajado no hay tal transmisión. Esto tiene un efecto importante en la alta inflación acumulada que sufren los hogares peruanos”, advirtió para este medio.
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