En la madrugada de hoy, Soledad Roxana Marroquin Quispe, residente del Centro Poblado de Progreso en Azángaro, dejó de existir en el hospital Carlos Monge Medrano de Juliaca. La lucha de Soledad contra una enfermedad congénita, sin el apoyo de sus familiares ni del padre de sus hijos, duró casi dos semanas. Con lágrimas en los ojos, la señora Julia, comadre de Soledad, expresó la necesidad de ayuda económica para brindarle una digna sepultura, ya que la fallecida no contaba con recursos propios.

Soledad Roxana, madre de dos hijos, deja en la orfandad a una niña de 11 años y a un niño de 7 años, quienes asisten a la escuela primaria estatal del Centro Poblado de Rinconada. Mientras tanto, las madres de familia del salón de clases de los niños solicitan que el padre de los menores asuma su responsabilidad. Aquellos que deseen brindar su apoyo pueden comunicarse al número de Yape 944174357.

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