La ciudad de Juliaca se vistió de tradición y fe este 1 de agosto, con una costumbre que data del siglo XX y que ha perdurado a lo largo del tiempo: el recojo de piedras planas y redondas como símbolo de dinero y riqueza. Desde la madrugada, gran parte de los juliaqueños y visitantes acudieron a las orillas de los ríos de la ciudad para participar en esta peculiar tradición.
El lugar más concurrido fue el río Unocolla, donde adultos, jóvenes y niños se reunieron para recolectar las “cha’jollas” del suelo. Algunos utilizaron herramientas como piquillos y cinceles para extraer las piedras, mientras que otros se aventuraron a ingresar al agua, a pesar de las bajas temperaturas, impulsados por su fe en esta antigua costumbre.
Una vez culminada la recolección de las piedras simbólicas, estas son llevadas al chamán para recibir la bendición en un ritual acompañado de oraciones. Según la tradición, las piedras se guardan en lugares secretos del hogar para que su poder atraiga prosperidad y se cumplan los deseos materiales de quienes las poseen.
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