En los alejados centros poblados de Jilatamarka y Aguas Calientes, situados en el distrito de Acora, los profesores enfrentan obstáculos significativos en su labor educativa. El mal estado de las carreteras locales obliga a estos maestros a recurrir a medidas extremas para llegar a sus escuelas: viajar en la tolva de camionetas y luego cruzar los ríos que atraviesan su camino.

Mientras las autoridades gubernamentales priorizan la selección de los mejores centros educativos para el inicio del año escolar, esta situación refleja la cruda realidad de las comunidades más apartadas del país. Es imperativo que se tomen medidas urgentes para mejorar las condiciones de acceso a estas zonas, incluyendo la rehabilitación de las vías y la construcción de puentes que faciliten el tránsito seguro de los pobladores de la zona cordillerana de Acora.

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